Con esta breve nota inicio una serie enfocada, sobre todo, a quienes tienen la responsabilidad de dirigir un negocio, independientemente de su dimensión o actividad, o de su forma de propiedad; aunque mis experiencias y reflexiones pudieran ser más útiles o interesantes para los que tienen en sus manos negocios familiares.
A lo largo de varias décadas he tenido la oportunidad de ver y de ayudar a crecer a innumerables empresas, tanto familiares como institucionales, así como a ciudades y regiones enteras del país. He vivido muy de cerca los procesos de desarrollo regional y de apertura comercial, y he atestiguado el cambio generacional de empresarios, desde los pioneros industriales de la época de la sustitución de importaciones, hasta los de la tercera generación actual, de globalización y amplia apertura.
Desde mi perspectiva de economista he vivido y concebido el que llamo “Enfoque de demanda” (tema sobre el que publiqué un artículo en la revista Expansión), que no sólo ha guiado mis actividades directivas y emprendedoras, sino que me ha inspirado para impartir cátedra y orientar a quienes han solicitado mi apoyo profesional.
He tenido el privilegio de contribuir por varias décadas al desarrollo empresarial, ya fuera desde la trinchera de la banca de desarrollo, compartiendo mi experiencia en organismos internacionales o apoyando proyectos trascendentes, viables y novedosos, aunque fueran riesgosos; creando programas de fomento innovadores y concibiendo, dirigiendo o participando en emprendimientos, por fortuna exitosos, así como participando en las decisiones directivas como miembro de consejos de administración, terreno en el que tuve la distinción de ser el primer Consejero Independiente, conforme a “Las Mejores Prácticas”, a invitación del entonces Presidente de la CNBV.
Cada una de esas actividades me ha brindado una serie de perspectivas desde una amplia gama de posiciones: apoyando y siendo apoyado, dirigiendo y siendo dirigido, innovando y respaldando a quienes se han atrevido a serlo, fomentando el desarrollo empresarial y el nacional, siendo actor nacional, así como testigo y partícipe en negociaciones internacionales. He colaborado tanto en el sector público, primero, como en el privado ahora, y a lo largo del tiempo he contratado a consultores, como lo he sido y ahora lo soy.
Como acertadamente lo destacó el señor licenciado Miguel Mancera Aguayo – Ex Gobernador del Banco de México – en la cuarta de forros de mi libro: Los retos de financiar el desarrollo empresarial: mi interés (expresado desde mis actividades en la banca de desarrollo) siempre ha estado “… en el mejoramiento no tanto de la empresa, cuanto del empresario, como fórmula en verdad eficaz para coadyuvar al progreso del país”.
A ellos, pues, irán dirigidas las líneas que (espero regularmente) seguirán apareciendo.